domingo, marzo 28, 2010

LA VIDA DE RACHEL CORRIE

Rachel Corrie y sus compañeros han denunciado que, cada día, decenas y decenas de casas siguen siendo destruidas en la frontera de Gaza, que los bombardeos dañan los pozos de agua dulce en los campos de refugiados de Rafah y que los mismos no pueden ser reparados por los trabajadores palestinos sin exponerse a las balas de los israelíes.
Este homenaje, al inicio de la Semana Santa quiere ser un testimonio para no olvidar a Rachel, una joven pacifista que, con su coraje, quería poner fin a las injusticias que cada día se cometen en Palestina... y en muchos otros lugares de nuestro mundo.
Ella ha muerto en la lógica absurda y brutal de la guerra que todos nosotros, quisiéramos detener.



«Esto tiene que terminar. Hemos de abandonar todo lo demás y dedicar nuestras vidas a conseguir que esto se termine. No creo que haya nada más urgente. Yo quiero poder bailar, tener amigos y enamorados, y dibujar historietas para mis compañeros. Pero, antes, quiero que esto se termine. Lo que siento se llama incredulidad y horror. Decepción. Me deprime pensar que ésta es la realidad básica de nuestro mundo y que, de hecho, todos participamos en lo que ocurre. No fue esto lo que yo quería cuando me trajeron a esta vida. No es esto lo que esperaba la gente de aquí cuando vino al mundo. Éste no es el mundo en que tú y papá querían que viviera cuando decidieron tenerme.»
Estas son las últimas palabras que Rachel Corrie, una activista estadounidense que viajó a Gaza para oponerse a la demolición de casas palestinas, le escribió a su madre antes de perder la vida. El 16 de marzo de 2003.

No hay comentarios.: