“El coronavirus, como una tormenta, nos sorprendió a todos, cambiando la vida familiar, el trabajo y las actividades públicas, dejando a su paso muerte, penurias económicas y distancia de la Eucaristía y de los sacramentos... nos hace comprender cuánto dependemos de la solidaridad de los demás y nos empuja a servir a los que nos rodean de una manera nueva: debemos ser sacudidos por la injusticia mundial, para poder despertar y escuchar el grito de los pobres y de nuestro planeta tan gravemente enfermo".
Papa Francisco