Amanecer en San Felipe. Akash Bashir
POR LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO MEJOR. Reflexiones a propósito de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Aproverchando la alegría Pascual.Cada nuevo amanecer nos invita a la reflexión, siempre son bellos, similares y diferentes. Al inicio de esta Semana Santa, el testimonio de Akash Basir, un joven de 19 años que abrazó a un terrorista suicida e hizo escudo con su cuerpo, evitando la muerte de un centenar de personas... Qué tanto podré hacer yo por los demás?
Nuestra
solidaridad no debe ser la mera suma de pequeños gestos personales
dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría
constituir “una
serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia
conciencia”
[180]. Debe superar nuestra vida espiritual, de manera que la
religión no quede relegada “a la intimidad secreta de las
personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin
preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil,
sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos”...
Todos, “están llamados a preocuparse por la construcción de un
mundo mejor”.[183].
Debemos
ser ‘instrumentos de Dios en la escucha del clamor de los más
sufrientes' (187), con un cambio de mentalidad, “que piense en
términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la
apropiación de los bienes por parte de algunos”. Y este ‘cambio
de mentalidad’ nos puede incomodar, a los que fácilmente nos
podemos acurrucar en nuestras comodidades…: “el planeta es de
toda la humanidad y para toda la humanidad, y que el solo hecho de
haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no
justifica que algunas personas vivan con menor dignidad. Hay que
repetir que «los
más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner
con mayor liberalidad sus bienes al servicio de los demás»”
[190].
Y
el Papa Francisco, agrega aún más “Por
eso quiero una
Iglesia pobre para los pobres.
Ellos tienen mucho que enseñarnos, en sus propios dolores conocen al
Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por
ellos. La nueva evangelización es una invitación a reconocer la
fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino
de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a
prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos,
a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría
que Dios quiere comunicarnos a través de ellos”. [198]
Palabras
bastante incómodas para vastos sectores conservadores, que viven muy
agusto con el actual sistema económico, a pesar de ser el causante
de la depredación actual de los recursos de nuestro hogar y de
tantas injusticias entre las personas.
“¡Cuántas
palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta
que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial,
molesta que se hable de distribución de los bienes, molesta que se
hable de preservar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la
dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige
un compromiso por la justicia…”. [203]
Es
indispensable poner en práctica nuevas formas que nos lleven al
crecimiento en equidad, con nuevas “decisiones, programas,
mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor
distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a
una promoción
integral de los pobres que supere el mero asistencialismo.
(…) la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo
veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo
el mercado laboral y creando así nuevos excluidos”. [204]
El
amor que tenemos a Dios – como buenos cristianos – debe ser
reflejado en nuestro amor por el prójimo. Nadie puede decir que ama
a Dios, a quien no ve, si no ama al prójimo, a quien ve. Así, pues,
invitamos a los lectores a seguir leyendo y haciendo propio el
proyecto que de forma tan valiente nos ofrece el Papa Francisco.
Ojalá sepamos ir trabajando, a lo largo de este año 2015, en la
pro-vocación que nos lanza esta Exhortación.