miércoles, junio 05, 2019

DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE


¿Cuántos conflictos ecológicos existen en el mundo? Aunque es una pregunta difícil de responder, el número de casos es elevado. El Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas), es un atlas interactivo que nos lo muestra.Uno de los indicadores del nivel de gravedad de los conflictos ambientales es que las vidas de las personas han sido vulneradas por el impacto ambiental, es decir por la contaminación u otros daños producidos por un proyecto, o por el asesinato de activistas que se manifiestan en contra de un proyecto determinado. Ese fue por ejemplo el caso de las ecologistas Teresita Navacilla y Gloria Capitán en sendos casos en Filipinas en  2016, o el de la hondureña Berta Cáceres asesinada también en 2016 tras luchar contra la construcción de una central hidroeléctrica en el Río Gualcarque, una fuente vital para la supervivencia de los indígenas Lenca de la zona.
Para el codirector del proyecto, el fracking del gas -–actividad que consiste en la extracción de gas natural de yacimientos no convencionales– es uno de los temas nuevos, de los que apenas se hablaba cuando el EJAtlas fue presentado por primera vez en marzo de 2014 con un total de 920 conflictos. “El aumento y los cambios en los flujos de energía y materiales en la economía, son las causas principales de los conflictos”, recalca. También destacan los conflictos por la extracción de arena de playas para la obtención de minerales como ilmenita (materia prima para el titanio), el rutilo y zirconio. Hay varios conflictos de este tipo registrados en Madagascar, Sudáfrica y en Tamil Nadu en la India.
En la actualidad se registran más de 2.100 conflictos socioambientales en todo el mundo. Los casos están aumentando en China, Bangladesh, Pakistán, Indonesia, Egipto, Etiopía y República Democrática del Congo, aunque el país con mayor número de conflictos en el atlas es India.

Surgen también nuevos casos por la oposición a la minería y a la quema de carbón o la extracción de petróleo o gas. Estos se vinculan no solo con amenazas locales a la calidad del ambiente y especialmente del agua, sino también al cambio climático por excesivas emisiones de dióxido de carbono por la combustión de esos materiales.
Ejemplo de ello es el movimiento Ende Gelände en Alemania que se manifiesta contra la minería de lignito que se quema en centrales termo-eléctricas y al mismo tiempo contra el cambio climático con invasiones simbólicas y pacíficas de las minas de lignito cerca de Colonia y de Berlín. En otros los conflictos recientes de África y América Latina aparecen empresas chinas cada vez más.

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